LA COMBINACIÓN PERFECTA
LA COMBINACIÓN PERFECTA.
Una
de las cosas más difíciles de realizar con alta eficiencia es el Trabajo en Equipo. El poder combinar la
participación de todos tras una meta definida, muchas veces se convierte en una
verdadera pesadilla. Algunos olvidan la importancia de lo que representa este
tipo de trabajo y ejecutan sus actividades como si existieran solos en el mundo
y en la organización. Nada de requerimientos del cliente, ni mucho menos pensar
en cumplir exigencias de calidad o tiempos de entrega. Esto, por supuesto,
genera un clima de poca participación y desconfianza en los resultados
alcanzados.
Existen
dos importantes consideraciones que debemos hacer para estimular el trabajo en
equipo dentro de nuestras organizaciones, sean cual sean: Primero, establecer
una Conciencia Sistémica. Esto
quiere decir que TODOS los que laboramos en la organización debemos reconocernos
como parte de un proceso, y de esta manera ”entender” que debemos responder a
exigencias de nuestros clientes y proveedores en esos procesos. Mis tareas no
son únicas y afectan al resto de las áreas del negocio, directa o
indirectamente. Si entendemos que todas las unidades dentro de la empresa agregan
valor al proceso, estamos partiendo de la importancia de todos los roles y los
cargos y por ende potenciando su actuación en estas actividades. Al sentirme
importante en mi función, este sentimiento se transforma en responsabilidad en
mis tareas y en el cuidado en la ejecución de cada una de ellas, y por ende en
un mejor resultado.
El
segundo elemento a considerar, es IDENTIFICAR cuáles son las verdaderas Fortalezas de nuestros compañeros en el
equipo. Hemos trabajado, dentro de la función de Recursos Humanos, concentrados
en “cerrar brechas” de conocimiento, invirtiendo grandes sumas de dinero y
numerosas horas de entrenamiento en acortar esas distancias y en muchos casos,
los resultados no son satisfactorios. Perdemos tiempo valioso identificando
“debilidades” de la gente, entrenándolos en esas áreas, para al final del
proceso encontrarnos, en muchos de los casos, con pocos avances. Debemos
cambiarnos el suiche y pensar de una manera innovadora, que nos permita generar
en cada trabajador el deseo de desarrollar su máximo potencial y por ende
realizar las tareas con motivación y conciencia de calidad. Debemos enfocarnos
en identificar y conocer las fortalezas de cada integrante de nuestro equipo,
para de esta forma poder potenciar al máximo su rendimiento y trasformar a esa
persona en alguien verdaderamente motivado y estimulado para realizar las
tareas. Un verdadero análisis de las fortalezas, nos permitirá alinear a los
equipos y sus integrantes en las posiciones de mejor provecho y rendimiento.
Conociendo “en que somos buenos”, nos ayudará a reforzar esas conductas, apoyar
al resto de nuestros compañeros en esas áreas y estar dispuestos a aprender
nuevas destrezas.
El
enfoque es desde lo positivo, concentrarnos en aquellos aspectos que poseen
nuestros trabajadores donde sus habilidades, destrezas y conocimientos son
robustos. Identificarlas y estimular su potenciación de tal manera de
convertirlos en especialistas de esas funciones, convirtiéndolos en gestores de
procesos innovadores y con una gran calidad.
Todos poseemos fortalezas a identificar. Tal vez algunos no las
manifestamos tan libremente en nuestro quehacer diario, pero allí está nuestro
reto como líderes. En conocer a nuestra gente, pero no un conocimiento
superficial de lo que nos reza el currículo. Conocerlos desde lo más profundo
de cada uno de ellos y allí, seguro encontraremos cosas maravillosas que harán
de esa persona una mejor versión de si y a nosotros un equipo de alto
rendimiento para satisfacción de todos.
Siempre
desde lo positivo y trabajando esa combinación perfecta de reconocernos como
parte de un sistema y potenciando nuestras fortalezas, alcanzaremos las metas
individuales y colectivas que nos propongamos.
Siempre
desde lo positivo…
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
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