CON LOS BRAZOS ABIERTOS

CON LOS BRAZOS ABIERTOS
Recientemente hemos leído por las redes que existe un movimiento en Panamá que está trabajando en protesta por la llegada y permanencia de venezolanos en este país. Nosotros, evidentemente como venezolanos, nos sentimos ofendidos, maltratados con este tipo de acciones. Esto obedece a que nosotros, históricamente hemos sido un país hospitalario, abierto a recibir y acompañar a aquellas personas que viniendo de situaciones difíciles en su país de origen, requieren refugio y requieren un lugar  donde crecer y desarrollarse. 

Si bien es cierto que nuestra historia es corta, también es cierto que contamos con muchos visitantes que se han convertido en conciudadanos, gracias a la hospitalidad, la apertura y la confianza que se les ha brindado en Venezuela. Desde Europa: Españoles, italianos, portugueses, alemanes. Desde América: mexicanos, haitianos, dominicanos, cubanos, colombianos, argentinos, chilenos, peruanos, ecuatorianos, uruguayos. Hay un sinfín de nacionalidades que se han mezclado con nosotros para crear una identidad que, en mi opinión, es una de las causales de nuestros problemas, por la falta de identidad verdadera. Pero este será un tema para otro artículo.

Sin embargo, lo que queremos resaltar en este momento no es el tema de las raíces, es el tema de la hospitalidad. En Venezuela, a lo largo de la historia, hemos recibido y atendido, con los brazos abiertos, con cariño y cordialidad a todos esos, hoy connacionales, que han llegado en situaciones de dificultad. Muchos llegaron con escasísimos recursos y han producido grandes fortunas, gracias a las enormes oportunidades que les brindo un país generoso y abierto al provecho de circunstancias favorables y han sido recompensados por su trabajo duro y honesto que los llevo a alcanzar su éxito personal. . 
Esto nos lleva a pensar que pudiésemos nosotros recibir la misma cordialidad y apertura en otros lugares. Debería ser así.
Debería ser así, y deberíamos nosotros como venezolanos, comportarnos de la manera como se han comportado esos inmigrantes en nuestro país; con humildad, con sencillez, con agradecimiento por haber sido recibidos. Han llegado a trabajar duro y dejar su huella en Venezuela a fuerza del sacrificio, y lo que es muy importante, demostrando una enorme solidaridad con sus paisanos que llegan después de ellos. Paradójicamente ellos se apoyan, se respaldan. Son solidarios entre ellos para hacer, de su estadía en el país, la experiencia menos traumática y poder soportar ese arranque de una vida nueva, de la mejor manera.

Por el contrario, los rumores sobre nosotros en el extranjero son muy diferentes. Nosotros como venezolanos somos muy individualistas, no nos apoyamos, no nos respaldamos como connacionales, y además de eso, llegamos a otros lares con arrogancia y un sentimiento de superioridad y autosuficiencia que nos hace daño. Queremos cambiar sociedades, desde una perspectiva negativa.
Es hora de cambiar esa imagen. En nuestras venas corre una historia de sacrificios por los otros. Recorrimos naciones para liberarlas del opresor. Hemos abierto nuestras puertas y corazones a desconocidos para apoyarlos. Rescatemos esa esencia en otros lares y convirtámonos en una referencia positiva. Seamos modelos a seguir que nos enorgullezcan como nación. Hagamos que los panameños y cualquier otro ciudadano del mundo se sienta alegre al recibirnos.

Tenemos con que, solo falta ponerlo en práctica.

Saludos
Arnaldo Garcia Pérez
@arnaldogarciap

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