EL VALOR DE LA PALABRA

EL VALOR DE LA PALABRA

Uno de los valores más importantes del ser humano es el respeto. Cuando trabajamos en nuestros talleres el tema de valores, siempre resaltamos que el respeto es la madre de todos y que de él nace el resto. Si usted analiza cada uno de los valores que posee, verá que ellos llevan implícito el respeto dentro de su manera de aplicarlo. Al actuar cualquiera de nuestros valores, estamos poniendo en evidencia de una manera directa el respeto, hacia los otros y hacia nosotros mismos.

El respeto va de la mano con el compromiso. Ningún ser humano está condicionado a responder con obligatoriedad a las peticiones que le hagan otros. Estamos en la capacidad de evaluar, considerar, analizar y luego responder positiva o negativamente a las solicitudes que nos comprometan. Dios nos dio el libre albedrio y con él podemos tener elecciones para cada sentencia de nuestra vida. Somos autónomos e independientes y con la capacidad real de evaluar antes de tomar nuestras propias decisiones. Esto le da un peso fundamental al compromiso.

En tiempos antiguos, los seres humanos valoraban en demasía el compromiso. No hacía falta y en muchos casos no existían, contratos que obligaran a los compromisos. Solo bastaba la palabra dada. El hombre entendía perfectamente que con esa obligación adquirida, estaba en juego mucho más que el contenido de la obligación. Estaba en juego su reputación y con ella su trascendencia.

Hoy en día el valor de la palabra dada está en desuso. Ya no nos importa comprometernos con otros en acciones que luego postergamos o cancelamos sin ninguna consideración. Reuniones, citas, actividades, entregas de resultados, se ven afectadas por el incumplimiento a este valor. Y lamentablemente, con la llegada de la tecnología, estas faltas a la palabra se hacen ya de una manera indirecta. Nos basta enviar mensajes de texto, correos o whatsapp, para cancelar reuniones, postergar entregas y anunciar incumplimientos. Poco vale o poco importa nuestra reputación al respecto. Hasta los documentos escritos como aval al compromiso son desconocidos ante la pérdida de este valor fundamental.

Todos somos líderes en nuestro destino. Algunos solo aplicamos este liderazgo para llevar nuestro propio proyecto de vida a feliz término y otros asumimos obligaciones con otros seres humanos de ayudarlos o guiarlos en un camino. El liderazgo de gente está basado en la credibilidad que podamos tener en los otros. Y esta credibilidad se sustenta en nuestra transparencia en las acciones. Debemos ser genuinos en cada uno de nuestros comportamientos y modelar la palabra. Que nuestras acciones sean el reflejo de lo que pregonamos. Que mis palabras vayan en consonancia con mis acciones. Que la congruencia domine mis actos.

Rescatemos nuestros valores fundamentales y comencemos a trabajar en el cambio de actitudes.
Mi palabra es un compromiso.

Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap

www.arnaldogarciap.blogspot.com 

Comentarios

  1. Interesante reflexión sobre lo que representa el respeto y el cumplimiento oportuno de los compromisos asumidos.
    Al crecer las ciudades, el hombre ahora puede "esconderse" o "desaparecerse" mucho más facilmente cuando promete algo y luego lo incumple. De alli la proliferacion de tantos embaucadores.
    Antes, en un pequeño pueblo o comunidad si tú faltabas a la palabra empeñada todos se enteraban y el mentiroso era despreciado. Era una deshonra terrible.
    Pero los tiempos cambian.

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