JOVEN POR SIEMPRE
JOVEN POR SIEMPRE
Dedicado a mi papá a sus 99 años.
El tiempo no se detiene. Cada uno de
nosotros ve pasar los años de vida y va sintiendo dentro de sí que hay cambios
inexorables. En estas épocas modernas, y gracias a la ciencia y tecnología, el
paso de los años sobre nosotros se hace más atenuado y las huellas del tiempo
no se marcan como lo hicieron en nuestros padres y abuelos (aunque existan
algunas excepciones impresionantes, como mi papá).
No es extraño ver hoy en día a personas
de edad asumiendo retos físicos e intelectuales de gran magnitud y con un alto
porcentaje de éxito. Vemos como a los corredores de maratones y competencias
extremas se les suma cada vez más, personas de categorías superiores que
cumplen cabalmente con las exigencias de sus competencias.
“Abuelos y abuelas pavos”, que van por la
calle con sus nietos como si fueran sus hijos, y que en muchos de los casos
tienen la energía suficiente para volver al proceso de la crianza y hacen de su
tiempo, experiencias de calidad para esas generaciones en formación.
No se trata solo de la solidaridad
familiar, no es solo la necesidad que se tiene en estos tiempos de carencias de
ayudarnos unos a otros, se trata de un espíritu indómito que se fue creando
dentro de esos seres, para los cuales el tiempo y las dolencias no es más que
otro reto a superar en esta carrera que llamamos vida.
Según el diccionario, el término juventud también puede referirse a los primeros
tiempos en la existencia de algo, y puede ser sinónimo
de energía, vigor y frescura. En estos casos, esos primeros tiempos se hacen
perpetuos y la energía se mantiene a lo largo de su vida.
Es actitud, confianza y fe, que nos hace
sentir que el tiempo se detiene y nos permite vivir con la energía del pasado y
los conocimientos del presente. Experiencia que permite asumir las dificultades
con el optimismo necesario del que se sabe requerido. Fuerza interna y
seguridad para sentirse capaz de acometer cualquier desafío que se presente, y
dejar en el camino, experiencias de aprendizaje para los suyos.
Ciertamente estos son los ingredientes
importantes: actitud, confianza, salud, pero existe un elemento que a estos
seres los hace irrepetibles e inigualables: amor. No importa las dificultades
que ellos tengan, ni las situaciones económicas o sociales, ni las limitaciones
de enfermedades, estas criaturas angelicales se llenan de su amor por los otros
para transformar las dificultades en oportunidades y generar una fuerza
interior que les permite responder a las necesidades de los suyos. Son figuras
difíciles de definir, viejos-jóvenes o jóvenes-viejos, viviendo una vida
permanente.
Una historia
nos refiere a un anciano que se paseaba por las calles con un letrero que decía:
“No tengo 70 años, tengo 16 con 54 años de experiencia”.
No existe un
día para celebrar la juventud. Todos los días celebramos la juventud a través
de la mirada de asombro y admiración por estas personas que nos enseñan cómo
debemos enfrentarla y nos demuestran que trascender va de la mano de nuestro
aporte y enseñanza.
Mantengamos
nuestro espíritu indomable y seremos jóvenes para siempre.
Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
Arnaldogarciap.blogspot.com
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