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Mostrando entradas de marzo, 2017

CONVIVIR…COMPARTIR

CONVIVIR…COMPARTIR El ser humano es gregario por naturaleza. Está configurado genéticamente para relacionarse y socializar. La familia, que es la base de la sociedad, es la primera gran escuela del intercambio con otros y el manejo de normas básicas. Allí nos preparan, con ejercicios de participación y colaboración entre hermanos, padres y familiares, para que en corto plazo, salgamos al camino a experimentar conductas de convivencia con otros seres y aprender con ellos las reglas de las relaciones. Desde que salimos a la calle estamos en un permanente aprendizaje. Siendo niños el colegio nos enseña a distinguir entre diferentes maneras de vivir y relacionarnos. Gente que piensa diferente, que cree diferente, empieza a mostrársenos en ese intercambio diario. Luego de adultos, en los múltiples roles que podemos ejercer, establecemos convivencia con seres semejantes a nosotros, pero diferentes en el sentir y el pensar. En las empresas, durante nuestras jornadas de trabajo, vivim

HAZ LO TUYO

HAZ LO TUYO Todos tenemos una gran tarea a lo largo de nuestra existencia. Independientemente del rol que nos haya correspondido interpretar en esta obra llamada vida, cada uno de nosotros juega un papel estelar, por lo menos para nosotros mismos y quienes nos rodean. Por más solitarios que pensemos actuamos en nuestra vida, ésta impacta e influencia a gente en nuestro alrededor. Nuestros hijos, padres, hermanos y luego los vecinos, compañeros de trabajo y la comunidad con la que interactuamos, se ve influenciada, o por lo menos salpicada, con algunas de nuestras acciones y conductas. Existen personas con mayor capacidad de influencia que otros, tal vez por sus roles sociales, como los políticos, comunicadores, maestros, religiosos, entre muchos. Estos, están permanentemente en la mira de sus relacionados y de sus conductas se desprende modelos a seguir. Sus niveles de influencia son mayores ya que llegan a muchas más personas que el común denominador. De allí su poder de gene

COMO VAYA VINIENDO…

COMO VAYA VINIENDO… Con la aparición en el escenario mundial de el esquiador (¿?) venezolano, se despertaron en mi cabeza algunas reflexiones que me gustaría compartir hoy. Es la desfachatez en forma de improvisación la manera de alcanzar tus objetivos en la vida, o el trabajo planificado, a través de una visión clara. No entraremos a analizar, por ser por demás escabroso, cómo una persona sin ninguna certificación del dominio de deporte alguno, puede ingresar directamente en una competencia mundialista, donde se pensaría existen diferentes filtros de pruebas previas y calificaciones para poder optar a su participación. O como un deportista sin ninguna destreza para esa disciplina, confeso de no conocerla, y lo más gracioso, por no decir penoso, sin conocer la nieve, elemento vital en la disciplina, ya que en ella se ejecuta la tarea, piense lograr una participación honrosa en la misma, escenario que, por supuesto no se cumplió, llegando en el último lugar. La improvisació

EL RANCHO EN LA CABEZA

EL RANCHO EN LA CABEZA Vivimos tiempos difíciles. La desesperanza y la apatía se han adueñado de la gran mayoría de nosotros y vemos con poco optimismo el futuro. Basta con salir a la calle y respirar el desánimo de la gente ante las dificultades en obtener lo esencial para subsistir, para contagiarte. La economía familiar se convierte en un juego diario de malabarismo para cubrir todos los aspectos sin abandonar ninguno. Mucho se habla de que entre todos debemos enfrentar esta crisis con optimismo y esperanza. Que estos tiempos son circunstanciales y que se verá luz al final del túnel en algún momento. La gran mayoría de las personas conserva, en algún rincón de su ser, la esperanza e ilusión de que será pronto que rescataremos una forma de vivir diferente. También hemos hablado, que para alcanzar el ansiado cambio, todos debemos tomar conciencia de nuestros errores y enrumbar a esta sociedad a acciones más profundas y trascendentales. No lograremos nada si actuamos de la