DANDO LO QUE SEA…

"Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir" (LUCAS 6:38).

La prosperidad no tiene una formula directa, así como la felicidad o la paz. Lamentablemente nos han educado bajo una premisa de que se es prospero y feliz si se tiene bonanza económica. En estas sociedades basadas en el consumo, quien tiene mayor poder económico, parece elegible para el titulo de feliz. Desde pequeños nos inculcan la falsa creencia de que debemos estudiar carreras que nos brinden la posibilidad de ganar mucho dinero y con ello la gran mansión, el auto de lujo y los placeres…cual novela latinoamericana. Muchos de ustedes pueden decirme de una vez que eso no es cierto. Existen diversas historias cercanas o lejanas donde estos principios no se cumplen y por más dinero que se tenga, este no viene atado con la felicidad.

Por otra parte, la riqueza económica pareciera que esta aliada con la avaricia o la mezquindad. En muchos de los casos donde se tiene dinero, producto del genuino esfuerzo, los relacionados con estas personas relatan la poca disposición de estas personas a “compartir” de alguna forma sus riquezas.

Pero ese es el problema de aquellos que tienen solo bienes materiales que conservar. Estamos aquí en esta vida para dar y compartir sin importar lo que tengamos. Si decimos que no solo de dinero vive el hombre, es importante que cada uno de nosotros comience a evaluar sus otros bienes intangibles y comience la distribución de su riqueza en esta tierra. Existen muchas cosas no materiales para compartir. Poseemos enormes tesoros que, aunque no tengan un precio en moneda, son valiosos por su esencia, de fácil dádiva y en muchas oportunidades brindarán mayores beneficios a quienes se los obsequiamos que el darles algún regalo material.

Podemos dar nuestra actitud positiva diariamente, y con ella contagiar de energía a todos los que nos rodean, creando atmósferas de fraternidad donde quiera que estemos, sin importar personas, haciendo que la creatividad sea un premio para todos. Podemos distribuir tolerancia y respeto y con ello enseñar a otros a vivir en armonía, independientemente de posiciones encontradas. Estamos en la capacidad de dar nuestras experiencias e ideas para ser mejores personas, mejores familias y mejores compañeros y trabajadores. Tan simple como dar un consejo que ayude a otro en el momento oportuno, sin mezquindades y entregando lo mejor de uno. Tan solo dar.

Leí en internet: El principio mundano dice: "Mejor es recibir que dar", pero el principio espiritual del reino de Dios afirma: "Sin considerar cuánto tengas, darás y compartirás a otros lo que tengas". Dios explica claramente que primero debemos dar, para así recibir la bendición de Dios.

Tal como lo expresa el Karma, en las religiones Dhármicas, el dar se convierte en una energía trascendente que genera de vuelta no solo la satisfacción del saberse en lo correcto al compartir, sino que nos regresa mayores beneficios por el simple motivo de haber compartido.

Todos tenemos algo que dar…

Saludos

Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap

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