SI SE AGOTA EL CUERPO…
SI
SE AGOTA EL CUERPO…
El fin de semana pasado tuve
la oportunidad de asistir a un evento, que en su tercera temporada, acerca el
testimonio de mujeres valiosas para la reflexión y el crecimiento personal. “Mujeres
que Inspiran”, es el nombre de esta noble actividad que se presenta cada dos
años, mostrando la calidad, sensibilidad y alta capacidad de la mujer
venezolana.
Entre las conferencistas
invitadas, cada una con un interesante tema complementario, se presentó la Lic.
Luisa Rodríguez Táriba, Presidenta de Funcamama, una institución que combate,
con excelente entrega, ese peligroso flagelo que es el cáncer de mama. En su
interesante presentación, con un mensaje netamente preventivo, hubo una frase
que se quedó resonando en mi cabeza. Ella destacaba: “SI SE AGOTA EL CUERPO, SIGUE LA VOLUNTAD”. Con este corto, pero
contundente mensaje, se reflejaba en su recomendación, que por más doloroso y
escabroso sea el camino de la enfermedad, el espíritu, a través de la voluntad,
puede alcanzar el cambio.
Me quedé con ese pensamiento
rondando las ideas y viajé a muchas situaciones pasadas, donde el poder de la
voluntad ha transcendido a la historia. Recordé a Nelson Mandela y como este
hombre, con una voluntad de hierro, se aferró a sus creencias y resistió una
prisión de torturas por 27 años, hasta alcanzar la libertad y reanudar una
lucha de cambios y paradigmas rotos. En el plano de las ciencias a un Steven
Hawking, quien pese a sufrir una penosa enfermedad degenerativa, se ha
convertido en el físico más importante después de Einstein, manejando impactantes
teorías de cambio. La historia de Chris Gardner, magistralmente interpretada
por Will Smith en la película “En busca de la Felicidad”, y que nos habla de
cómo un hombre puede insistirle a la vida para alcanzar su sueño.
Muchas historias más
llegaron a mi cabeza resaltando el poder de la voluntad. Pero cuando analizas
cada una de ellas, te encuentras con una constante significativa: La voluntad
es propia, única y personal. No se obtiene en la dependencia de otros, es una
capacidad personal para reponerse, reacomodarse y avanzar. Es nuestra capacidad
de elección ante las opciones que nos da la vida.
Pocas personas en la vida lo
tienen todo fácil. La gran mayoría de nosotros debemos surfear permanentemente
las olas que se nos presentan en este mar de opciones. En oportunidades, estas
olas nos sobrepasan y casi nos ahogan, pero como siempre digo: Dios aprieta
pero no ahorca. Si nuestro espíritu se mantiene alegre y optimista, si
conocemos de nuestras capacidades para responder, si tenemos una visión
personal clara de hacia dónde vamos, entonces esa fuerza que se llama voluntad
emerge, te mantienes a flote y comienzan a aparecer olas más manejables y un
sol claro en el horizonte.
Por más que permanezcan
situaciones adversas a nuestro alrededor, lo último que podemos perder es la
esperanza. Pero la esperanza sin acciones no nos llevará a resultados. Si se
agota el cuerpo…mantengamos nuestro espíritu. Trabajemos duro y con la certeza
de que siempre alcanzaremos nuestros objetivos. Lo hacen otros en situaciones más
difíciles…porque nosotros no?
Cree en ti.
Saludos
Arnaldo
Garcia Pérez
@arnaldogarciap
Arnaldogarciap.blogspot.com
Comentarios
Publicar un comentario