EL MIEDO ES LIBRE
EL
MIEDO ES LIBRE.
Cuenta una breve fábula la historia de
dos exploradores que se encontraban en la selva de África y de repente se
encontraron de frente con un enorme león. Ante el inminente ataque, uno de
ellos se preparó a salir corriendo mientras que el otro se arrodilló a
amarrarse las zapatillas. Ante este inexplicable hecho, su compañero le
preguntó por qué lo hacía, a lo que el explorador respondió: “mi competencia no
es con el león, el atrapará al que alcance primero. Amarro mis zapatos para
correr más rápido que tu”.
El miedo es una de las emociones
universales del ser humano. Así como todos sentimos alegría, rabia, y frustración,
el miedo es de las emociones más populares en nuestro sistema personal. Es una
sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o
imaginario, también se presenta cuando tenemos un sentimiento de desconfianza
que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que deseamos.
Existen dos maneras básicas de reaccionar
ante el miedo: nos paralizamos o lo confrontamos. Cuando nos paralizamos,
estamos a disposición de la angustia generada por él y muy cerca de llegar a un
nivel superior de este sentimiento que se llama pánico. En estas circunstancias
tenemos altas probabilidades de caer a merced de lo que nos provocó el miedo.
Sin respuesta inmediata, seremos víctimas de la situación. Cuando confrontamos
al miedo, también tenemos a su vez, dos alternativas de respuesta: Huir o
enfrentar. Ambas respuestas a esta emoción nos permitirán, con alguna probabilidad,
no ser víctimas de lo que lo origina y cada respuesta dependerá del nivel de la
situación.
El miedo ha sido tan estudiado por la
humanidad que se ha convertido en una excelente herramienta para la sociología y
la política. Desde tiempos remotos, muchos gobernantes y reinados manejaron la
matriz del miedo para paralizar poblaciones completas y dejarlos bajo sus
dominios. Las religiones y muchas supersticiones utilizaron el miedo para
canalizar la obligatoriedad de su acepción. Todos, sin muchos análisis de las características
de esta emoción, entendieron que era una vía real y directa para tener a la
gente encadenada emocionalmente.
En la actualidad las estrategias para
manipular el miedo son más agresivas. Con mejores conocimientos de la conducta
humana, tenemos adversarios que manejan muy bien esta manipulación. Hoy vivimos con grandes miedos. Algunos reales
y otros inventados. En tiempos tan convulsos, es necesario manejar nuestras
emociones con la mayor sindéresis y buscando respuestas que nos permitan
mantener el equilibrio. No podemos caer en la paralización y el pánico. Eso es
lo que se busca. Debemos entender los riesgos y confrontar al miedo con
estrategias. La paralización o la evasión no son la vía. El miedo que vivimos
debe desmitificarse con la comunicación real, con el análisis de las
situaciones y la búsqueda de alternativas para confrontarlo.
Combatamos el miedo con la acción. Cada uno desde la
trinchera que le corresponda.
Nada de miedo.
Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
arnaldogarciap.blogspot.com
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