DE COMO BUGS BUNNY SALVO LA PATRIA…

DE COMO BUGS BUNNY SALVO LA PATRIA…

Vivimos en un país bizarro. Primero aclaro la definición de mi término. Si buscamos en el diccionario el significado de esta palabra, encontraremos que la misma se refiere, desde su acepción latina a alguien altivo, erguido, valiente…pero desde su deformación europea y del inglés, este término nos habla de algo extraño, estrafalario, chocante, anormal, atípico. Y a esto me refiero.

No solo somos bizarros al enaltecer los antivalores como forma de vida y convivencia. O al estimular comportamientos como la pereza, la flojera o desaplicación como forma de vida y que la dadiva y la espera sea el único vínculo con el desarrollo y el futuro. Lo somos también con las formas que adoptamos para responder a nuestras situaciones o a los resultados de los problemas que nosotros mismos nos buscamos. Desde una iguana maliciosa que se come el cableado de todo un sistema eléctrico nacional, el niño o la niña que nos quita y da el agua o la luz, hasta la flamante guerra económica que aplica como excusa para cada inverosímil situación que se nos presente.

Haciendo memoria de estos años de pesadumbre, desde su comienzo, cuando teníamos una gran holgura financiera, por los altos precios del petróleo, ya nos preparaban para los momentos de pesadumbre (o tenían una gran bola adivinadora, o era parte de un plan macabro), presentando una gran cantidad de estrategias para afrontar la estrechez financiera: hablamos de los gallineros verticales, los cultivos organopónicos y más recientemente el plan conejo.

Cada una de estas estrategias, evaluadas en su contexto original, puede ser de gran valor para responder a necesidades particulares de comunidades o países. Si tomamos como ejemplo a Japón, que es la tercera economía mayor a nivel mundial, tras los Estados Unidos y China, con sólo una extensión de territorio equivalente a los estados Bolívar y Amazonas y una población de 120 millones de habitantes, cuatro veces más que nosotros, podemos evaluar cómo este país, consciente de sus limitaciones, ha desarrollado propuestas de convivencia bajo un pensamiento holístico y en armonía con el ambiente. Tanto es de importancia estos procesos, que recientemente han convertido una antigua fábrica de Sony en una planta de cultivo interior de lechugas, un paso hacia la industrialización de la agricultura.

Son cosas serias, proyectadas y planificadas por gente seria. El mundo está en una constante evolución para responder a sus necesidades, bajo la investigación y el principio de la sustentabilidad. No se trata de darle un conejo y una gallina a una familia en una urbanización de cualquiera de nuestras ciudades. Se trata de evaluar y planificar con profesionalismo y seriedad las mejores alternativas para este pueblo.

El sueño florecerá al ver a los mejores pensadores y científicos venezolanos trabajando en serio por el futuro, sin distingos y mezquindades. Nuestro pueblo lo necesita y lo agradecerá.

Esperemos que Bugs Bunny nos ayude.

Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap

arnaldogarciap.blogspot.com

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