HAGAMOS COMO LOS ERIZOS

HAGAMOS COMO LOS ERIZOS

Una interesante fabula nos cuenta que, durante la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del frío. Los erizos dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos y trabajar en equipo. De esa manera se abrigarían y protegerían entre sí. Ocurrió que, las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, pero esto era justo lo que ofrecía más calor. Ante ese sufrimiento decidieron alejarse unos de otros, dejando de trabajar juntos y empezaron a morir congelados. En vista de la situación tuvieron que tomar una gran decisión, o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecían de la Tierra. Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos buscando apoyarse unos a otros. De esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación tan cercana les pudiese ocasionar, ya que lo más importante era el calor del otro. De esa forma lograron sobrevivir.

En la vida nos toca tomar decisiones. Muchas de ellas pueden ser incómodas y hasta dolorosas. Esto por supuesto, nos lleva muchas veces a postergar o abandonar la idea de decidir, con tal de no enfrentarnos a un sufrimiento esperado. Lo que muchas veces no vemos al tomar este tipo de evasiones, es que, el vivir en la indecisión puede ser aún más doloroso que la decisión misma. Tal vez, el sufrimiento esté en no enfrentar los hechos de manera valiente y oportuna.

En otras oportunidades nuestra indecisión se debe a falsas creencias, desinformación que sobre la situación tenemos o malas experiencias vividas en el pasado. Toda nuestra experiencia pasada y la que nos transfieren los que nos rodean influye en nuestra forma de tomar decisiones. Muchas veces replicamos lo que otros hacen o han hecho, dejando ya nuestra decisión en sus manos sin darnos cuenta.

Es hora de tomar una decisión. El futuro de nuestro país nos demanda tomar partido. No conviene seguir actuando desde la indiferencia. Podemos entender y no estar de acuerdo con muchas de las cosas que nos han pasado y de las malas decisiones que otros han tomado, perjudicando a la mayoría. Es comprensible que después de la tristeza y desesperanza vivida hace unos meses la credibilidad esté en juicio. Pero estos no son momentos de pasar factura por esos errores. Nuestra soberbia o indiferencia nos puede costar muy caro a todos.

O saltamos todos juntos o nos hundimos en colectivo. Hagamos como los erizos, que a sabiendas de que su decisión era dolorosa la asumieron para asegurar la supervivencia. Aquí nos pasa lo mismo. Podemos estar molestos por el pasado, no estar convencidos de las acciones presentes y de quienes nos representan, pero todos debemos salir con alegría y positivismo a expresar nuestra opinión y deseo: Nuestra aspiración de un cambio radical de rumbo. Sabemos que con este paso no lo lograremos, pero también estamos claros que sí nos acerca más al objetivo.

No lo des poder a quien no lo merece. Se dueño de tus propias decisiones y participa activamente en el porvenir de tu nación, tus hermanos y tu familia.

Te espero el próximo domingo.

Saludos

Arnaldo García Pérez
arnaldogarciap

arnaldogarciap.blogspot.com

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