LA UNIDAD SOY YO…
LA
UNIDAD SOY YO…
Había una vez un viejo
granjero que vivía en un pueblo y que tenía cuatro hijos. El viejo granjero
trabajaba muy duro, pero sus hijos no le ayudaban o incluso no se ayudaban
entre sí. Todos eran muy egoístas y solo trataban de hacer lo que era mejor
para cada uno. Los hijos del granjero nunca podían ponerse de acuerdo en
ninguna cosa. Si uno decía hacia la izquierda, el otro decía derecha.
El agricultor esperaba que
con el pasar de los años sus hijos cambiaran su comportamiento, pero sólo se
volvieron más egoístas e individualistas y seguían sin respetarse unos a otros.
El campesino decidió que tenía que hacer algo porque amaba mucho a sus hijos,
así que decidió darles una lección. Llamó a sus cuatro hijos y les presentó un
manojo de palos que estaban atados con una cuerda. Luego llamó a su hijo mayor
y le dijo: “Puedes intentar romper el manojo de palos?”, el hijo mayor trato y
trató y no pudo romperlo. Luego llamó a cada uno de sus hijos y les pidió lo
mismo. Cada uno de ellos hizo su mejor esfuerzo para ver si lograba hacer lo
que sus hermanos no pudieron, pero ninguno tuvo éxito.
El granjero miró a sus hijos
cansados y sudorosos y pidió a uno de ellos que desatara el manojo. Luego le
pidió a cada uno romper los palos individualmente. Ahora cada uno logró hacerlo
con bastante facilidad. “Ven”, dijo el viejo granjero, “Ustedes son como los
palos. Si están unidos nadie podrá romperlos, pero si se separan, los romperán
uno a uno. Los hijos del granjero aprendieron su lección, se convirtieron en
los mejores amigos y nunca discutieron de nuevo.
La Unidad es la propiedad
que tienen las cosas de no poder dividirse ni fragmentarse sin alterarse o
destruirse. El océano es una enorme unidad compuesta por muchos mares y estos
por inmensas corrientes compuestas de millones de gotas que en su contacto se
transforman y vuelven a su esencia. Si las gotas de esos mares se contaminan,
aunque sean unas pocas, comenzarán a intoxicar a las otras hasta dañar al
enorme océano.
Como parte de nuestra
socialización, las personas necesitamos interactuar con los otros y en esa
relación nace la necesidad de compartir objetivos. Allí se forman los equipos. Cuando
integras un equipo ya tu individualidad pasa a un segundo plano. El objetivo
principal es el bienestar colectivo y las actividades del equipo pasan a tener
un interés mayor. Y esa es la base de la sociedad. Todos tenemos tareas que
ejecutar y en la sincronía de nuestras funciones estará el desarrollo de cada
uno de manera individual, las empresas, los pueblos, las ciudades y el país.
No pueden existir egoísmos cuando
hablamos de unidad. Podemos tener visiones diferentes, pero el compromiso con
el todo, nos obliga a encontrar caminos para la concordia y el entendimiento. Debemos
desprendernos del egoísmo y la crítica malsana para allanar caminos de
comprensión y sentido de unión. El esfuerzo mayor está orientado hacia el fin último
del bienestar colectivo y este es la mejor y mayor obligación de todos los
miembros de esa unidad. Si queremos hacer algo que valga la pena, tenemos que
estar todos juntos.
Yo soy la unidad. Todos
somos la unidad. Al entender nuestra misión podremos comenzar a caminar juntos.
Y juntos somos invencibles.
Saludos
Arnaldo
García Pérez
@arnaldogarciap
arnaldogarciap.blogspot.com
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