NUESTRA TORRE DE BABEL
NUESTRA TORRE DE BABEL
Uno de los problemas que más resaltan los dirigentes de las organizaciones
en nuestras visitas de consultoría es el dilema de la Comunicación. Tenemos dificultades para expresarnos adecuadamente
entre niveles, los supervisores se quejan que los gerentes no transmiten con
claridad, éstos a su vez son objeto de cuestionamientos por sus colaboradores,
muchas veces por no compartir la información y otras, por transmitirla de
manera equivocada. La gerencia no se entiende con el sindicato y estos sienten
que sus intentos no son escuchados por los primeros. Hasta el cliente externo
se queja de lo poco que le toman en cuenta. En conclusión, tenemos nuestra
propia “TORRE DE BABEL” en cada
organización y en consecuencia todos estamos remando en direcciones encontradas.
Si recordamos la historia bíblica, en esa época todos los hombres en la
tierra usaban la misma lengua y luego del diluvio universal, éstos decidieron
asentarse en unas tierras y construir, de una manera arrogante y retadora, la
torre más alta que los llevara hasta el cielo. Dios, reconociendo el poder que
estos hombres estaban desarrollando en ese proyecto, decidió mezclarles
diferentes idiomas y hacer que no se entendieran, con el objeto de que buscaran
nuevos horizontes y poblaran el mundo. Allí comenzó el caos y al no ponerse de
acuerdo por no entender lo que decían, el proyecto se abandonó y la Torre de
Babel quedó a medio construir, convirtiéndose en un gran enigma para la
humanidad que la ha buscado desde entonces.
Si observamos nuestro comportamiento social, este problema de comunicación
no es solo organizacional. Este comportamiento en las empresas es el reflejo de
cómo nos comunicamos en nuestras relaciones ordinarias y este estilo es
generalizado en cualquier entorno en el que interactuamos.
La base de la comunicación no es lo que yo digo, sino lo que las otras
personas “entienden” de lo que yo
digo. Allí está la clave de la comprensión de nuestros mensajes. Debemos buscar
los mejores canales y las mejores vías para que lo que queremos decir se
entienda de la misma manera de cómo lo decimos. Es un trabalenguas vital.
Pese a que Dios no nos ha quitado el mismo lenguaje, pese a que todos
hablamos de la misma manera, no nos comunicamos ni podemos entender lo que
decimos y queremos. Debemos aprender a comunicarnos mucho más claramente. Los
líderes tienen la responsabilidad de descifrar y entender los canales adecuados
de comunicación con sus comunidades. Hablarnos claro de las situaciones, donde
estamos y hacia dónde vamos, hará que cada uno entienda las situaciones. Pero
este mensaje hoy en día debe ser único, unitario, concreto y real. No toleramos
más mensajes a media tinta.
No olvidemos que una comunicación clara y adecuada allanará el camino a la
comprensión y por ende al éxito.
Acabemos con las Torres de Babel.
Saludos
Arnaldo Garcia Pérez
@arnaldogarciap
arnaldogarciap.blogspot.com
Comentarios
Publicar un comentario