EL CENTRO DEL UNIVERSO
"Había una vez una
rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella
del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. Se dio
cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era
por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto
le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: Está
bien, si así lo quieres. Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la
rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin
pétalos. Le dijo entonces: Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó? La rosa contestó:
Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude
volver a ser igual. El sapo solo contestó: Pues claro, cuando yo estaba aquí me
comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín. Moraleja:
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más
bellos o simplemente que no nos “sirven” para nada. Todos tenemos algo que
aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No
vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera seamos
conscientes". Autor desconocido
Cuantas veces en
nuestro trajinar diario actuamos como la rosa, pensando que todas las acciones en
la vida giran a nuestro alrededor y que somos el centro del universo donde
todos deben orbitar. A veces, esta falsa
creencia nos impide ver el comportamiento de los otros y la manera como nos
apoyan, así sea de una forma indirecta para nuestro desarrollo personal. Esa
soberbia nos distancia y afecta nuestras relaciones personales.
La soberbia es un sentimiento
de superioridad y arrogancia que lleva a una persona a creerse mejor o más
importante que los demás. Es un rasgo negativo que puede afectar las relaciones
interpersonales y obstaculizar nuestro desarrollo. Se manifiesta en actitudes y
comportamientos como la vanidad, el desprecio hacia los demás, la falta de
empatía y la dificultad para aceptar críticas o reconocer los errores propios.
Las personas soberbias tienden a sobrevalorarse y menospreciar las habilidades
y logros de los demás, lo que genera un ambiente de tensión y desconfianza.
La soberbia convive con
nosotros día a día: en nuestros hogares, en las relaciones de pareja y nuestra
eterna intención de tener siempre la razón o no escuchar con atención al otro, restándole
importancia a sus argumentos y descalificando sus intenciones. Con nuestros
hijos en la bendita manía de creer que por nuestros años y experiencia nos la
sabemos todas e intentamos imponer nuestros criterios, sin escuchar argumentos
que tal vez para nosotros sean innovadores. En nuestras relaciones sociales,
entre vecinos, compañeros de trabajo, jefes, y más grave aún, en políticos y
gobernantes que creen saberse todo y que con sus acciones lo que hacen es
alejarnos de sus intenciones.
Para manejar la
soberbia, es fundamental empezar por reconocerla en uno mismo. Esto implica ser
consciente de nuestras actitudes y comportamientos arrogantes, así como de las
situaciones en las que nos sentimos superiores a los demás. La autoreflexión y
la autoevaluación son herramientas importantes en este proceso. Cada vez que
nos aparezca el virus de la arrogancia, que estoy seguro que lo reconocemos al
instante, debemos contrarrestarlo con el antídoto de la humildad, recordando
que no lo sabemos todo y que necesitamos el apoyo de los demás, aprendiendo a
aceptar las críticas y reconocer nuestros propios errores, cosa nada fácil pero
que al hacerlo nos acercará cada vez más a ser mejores personas. Como seres
humanos somos imperfectos y debemos reconocer nuestras capacidades y nuestros
errores también.
Así que, te toca mirar
alrededor y ver cuántos sapos te acompañan en tu cruzada de vida para agradecerles
que los tienes a tu lado y como de maneras diferentes y a veces insospechadas,
te apoyan con su humildad a tu crecimiento permanente.
“No aprenderás nada de
la vida si siempre crees que tienes la razón” Anónimo
Saludos
Arnaldo
García Pérez
@arnaldogarciap
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