NUESTRA MEJOR VERSIÓN
NUESTRA MEJOR VERSIÓN
Vivimos tiempos de zozobra, momentos dolorosos e
inolvidables para nuestra historia y nuestro futuro. Un futuro que está próximo
a cambiar y que nos traerá un renacer de sociedad. Un resurgir de esperanzas
que se renovaran y levantaran desde el dolor, la tristeza y la melancolía por
todo lo perdido y destruido en este lamentable trance. Claro que no será un
trabajo fácil, pero será nuestro mejor reto histórico.
Cuando vemos las imágenes de lo que se vive en nuestro
país en los últimos días, y vemos a una contraparte, que es parte de nuestra
parte, accionando desde el odio, la violencia y la maldad, nos preguntamos si
de verdad somos la misma gente. Puede un pueblo estar dividido, aunque no en
dos pedazos iguales, ya que verdaderamente, y ese es una de nuestras
fortalezas, ese pedazo es minúsculo, encontrar vías que nos unan nuevamente
cuando nos hemos llenado de enormes cicatrices producto de la maldad y la saña
con la que nos han maltratado. Como podemos recuperarnos de estas sensaciones
que nos han llevado a experimentar el odio y la rabia en nosotros mismos,
producto de esas acciones inhumanas. Como pasar la página en la reconstrucción de
nuestro país y tender la mano a aquellos que nos humillaron y maltrataron desde
los más bajos instintos y con la mayor crueldad, acabando con lo más preciado
para una sociedad como es la vida de nuestros más jóvenes talentos.
Evidentemente no será una tarea fácil y requerirá la mejor versión de cada uno
de nosotros.
Cuando hablo de este tema, inmediatamente viene a mi
memoria la historia de Nelson Mandela y de cómo este gran líder pudo, luego de
27 años de prisión y torturas, al ser liberado y ganado las elecciones en su país,
buscar fórmulas, no desde el odio o la revancha, sino desde el amor y la
comprensión, hacia aquellos que lo habían maltratado. Mandela decía “Nadie nace
odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La
gente tiene que aprender a odiar, si ellos pueden aprender a odiar, también se les
puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su
contrario”.
Creyendo en las palabras de Mandela, nuestro futuro es
prometedor. No necesitamos engancharnos en el odio. Tenemos suficientes
reservas morales para reconstruir y diseñar un mejor país. Lo demostramos día a
día en estas circunstancias, al darle la mano al necesitado, al salir y arriesgarse
junto con la gente como lo hacen los cruz verde, al apoyar a los necesitados en
las clínicas y hospitales, al tender la mano y donar pastillas o pañales. Somos
mejor que esa violencia y odio. Tenemos talento para levantarnos y construir
algo nuevo y diferente. Nunca más seremos la Venezuela del pasado. Seremos un
nuevo país que aprenderá de sus experiencias y cicatrices. Tenemos talento para
eso y mucho más.
Pero eso sí, no podemos olvidar. Perdonar lo
perdonable y condenar lo condenable. Justicia y equilibrio deben ser nuestros
principios. Si queremos cambiar, debemos obligarnos a ello.
Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
arnaldogarciap.blogspot.com
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