FRENTE AL ESPEJO
“En el lejano poblado
no conocían el mundo de los Espejos. Un día, Urk descubrió en el sótano de su
casa una puerta misteriosa que abrió. Encontró un gran bulto con una nota que
decía: ‘Este objeto que ves cubierto tiene la capacidad de reflejar a la persona
que lo mira”. Al descubrirlo, vio la imagen de su padre. Perturbado y asombrado
fue bajando noche tras noche para encontrarse con aquello que contenía a su
padre. Lo había decidido: Hasta que no desentrañara el misterio, no se lo
contaría a nadie. Su esposa Rask, que se había dado cuenta de sus idas y
venidas al sótano, un buen día decidió averiguar la razón. Sus sospechas se
vieron fundadas, vio en ese objeto una mujer joven y hermosa de la que él se
había quedado prendado. Indignada se enfadó con él, que no comprendía nada;
sólo contemplaba la imagen de su padre. Decidieron acudir a la sabia anciana
del poblado y ésta se puso ante el objeto. Viendo Urk y Rask cómo se reflejaba
en él, ambos comprendieron. Comprendieron todo lo que se hubieran evitado si antes
lo hubieran hablado. Comprendieron cómo se habían autoengañado con sus propias
suposiciones e interpretaciones, impidiéndoles ver la auténtica realidad.
(Cultura de la interioridad)
La realidad es una
moneda de dos caras que debemos aprender a conocer desde una visión amplia y en
todo su espectro. Muchas veces asumimos conocer y “saber” qué cosas están
pasando, o las respuestas a muchas interrogantes, a través de nuestras
interpretaciones de esa realidad. Esto, nos lleva en ocasiones a momentos
difíciles e incómodos, al encontrar que lo que nosotros pensamos o creímos, no era
del todo cierto, o estaba claramente alejado de la realidad.
Las suposiciones son un
grupo de creencias que construimos en nuestros pensamientos sobre la base
infundada de nuestros sentimientos y maneras de pensar, y en muchas ocasiones sin
fundamentos reales que las sostengan. Suponer implica actuar desde nuestras
propias conjeturas sin la base cierta del conocimiento real del tema o la
circunstancia. Supone crear criterios sobre una base muy frágil que se soporta
en la posibilidad o la interpretación de indicios de lo que creemos cierto. Su
principal peligro es que las creemos tan ciertas que, nos jugamos todas nuestras
cartas a una apuesta a veces falsa, asumiendo como verdad algo irreal que a la
postre nos puede desencadenar en situaciones problemáticas en las relaciones y
nuestro posterior malestar e incomodidad.
Miguel Ruiz, en su
libro “Los cuatro acuerdos” nos habla con detalle de este comportamiento que
nos trae inmensas mortificaciones. Para él, es una de las cosas que debemos
implementar en un estilo de vida más armónico. Es tan importante para él que le
da el peso de su tercera ley: No hagas suposiciones. El maestro tolteca
enfatiza un tema recurrente: “todos tenemos un “sueño” personal, una serie de
ideas y conceptos sobre el mundo que nos rodea, que no se corresponde con la
realidad: “Sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. No
percibimos las cosas tal como son. Tenemos la costumbre de soñar sin basarnos
en la realidad. Literalmente, inventamos las cosas en nuestra imaginación. Como
no entendemos algo, hacemos una suposición sobre su significado, y cuando la
verdad aparece, la burbuja de nuestro sueño estalla y descubrimos que no era en
absoluto lo que creíamos”.
Es necesario documentar
nuestra verdad y realidad. Si hablamos de situaciones personales y
relacionales, la mejor forma de evitar nuestras suposiciones está en la
comunicación. Indaguemos y preguntemos sobre la situación antes de inferir respuestas
o realidades. Permitámonos una comunicación basada en una escucha empática,
donde brindemos al otro la oportunidad de expresarse y de nuestra parte exista
la mayor receptividad, no solo escuchando, sino sintiendo cada una de las cosas
que nos expresen. Nada más beneficioso para nosotros que el saber de boca de
los otros sus pensamientos, sentimientos, de esta manera estaremos ampliando
nuestro espectro y basando nuestro sentir y pensar en realidades que nos
ayudarán a vivir en mayor armonía. En el plano de lo social, que tanto nos
agobia en estos días, documentémonos, informémonos y busquemos conocer, desde
las mejores fuentes las situaciones, para no caer en falsas creencias que nos
aturdan y agobien.
Buda dijo que “ni tu
peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos”, así que,
a partir de ahora, eliminemos las barreras de la incomprensión a través de la
comunicación.
Veamos realmente lo que
el espejo nos muestra.
Saludos
Arnaldo
García Pérez
@arnaldogarciap
www.arnaldogarciap.blogspot.com
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