LA PARADOJA DE LA VIDA O EL NEGATIVISMO POSITIVO
LA
PARADOJA DE LA VIDA O EL NEGATIVISMO POSITIVO
Titulando mi reflexión de
esta semana recordé a un antiguo jefe que gustaba de utilizar el oxímoron como
herramienta para ejercitar la mente, ya que no es fácil establecer esa relación
entre conceptos antagónicos. Dentro de la definición se explica al oxímoron como
una figura retórica de pensamiento, que consiste en complementar una palabra
con otra que tiene un significado contradictorio u opuesto.
Ese es nuestro devenir del
día a día. Vivimos en un oxímoron.
En primer término nos
encontramos con una realidad difícil de explicar, de acuerdo a los diferentes
escenarios en que nos encontramos. Por una parte gente que manifiesta un enorme
pesar por la situación, que sobrevive prácticamente haciendo maromas entre las
dificultades y que se mantiene con escasos recursos. Otros, ciudadanos también
de esta nación, que parecen venidos de otra galaxia. Bástese pasear por un supermercado y verá a
los primeros olfateando los precios y llevando una suma mental que les alcanza
hasta lo poco que queda en la cuenta del banco. Allí se lleva lo básico, y
vemos una papa, un tomate, un plátano y algo de proteína, cuando el presupuesto
es bondadoso. Por otra parte volteamos la cara y en el mismo escenario
encontramos a los galácticos, personas que parecen salidas de un viaje al
pasado y que llevan sus carritos full de productos que uno no atina a contar y
mucho menos a imaginar cuanto será su cuenta final.
Gente que no sabe de dónde
sacará para pagar el colegio, mientras que otros no saben cuál será la cuota
porque aún no llegan de sus vacaciones fuera del país. Muchos montados en
perreras y a su lado transitan los pocos en camionetas de último modelo. Algunos
que comen de la basura y otros que hacen mercados en el extranjero.
No pretendo cuestionar los
medios de ninguno. El tema que nos toca analizar es, si bajo estas perspectivas
tan contrarias, todos estamos remando hacia el mismo objetivo. Gente pensante y
con criterio que se alinea a la búsqueda de un carnet por conveniencia
personal, sin importarle los principios y el bien colectivo. Gente que
“colabora” con el estatus quo por sus intereses, mientras que otros lo hacen
por hambre y miseria. Esa es nuestra gran paradoja. Como podemos pensar que se
aproxima un cambio cuando muchos de los que lo auguran no trabajan por él?.
Es allí donde debemos
detenernos a analizar. La pregunta que debemos hacernos es; si estamos los que
podemos, liderando desde el ejemplo y la influencia a aquellos que solo
reaccionan a sus instintos?. Existe de verdad un sentimiento genuino que nos impulse
al cambio?. Será que no nos movemos con mayor fuerza y energía porque muchos no
tenemos los mismos intereses ni la misma urgencia?.
Es parte de nuestro pesimismo
positivo. Pese a que la situación apriete, nos deprimamos por las carencias y
muchas veces no veamos la luz al final del túnel, no dejamos de creer en un
cambio que se aproxima, estamos seguros que no puede haber más camino tortuoso
y que éste está llegando a su fin, hay una ligera sonrisa de esperanza en
nuestros rostros.
Tenemos la obligación de
liderar desde el ejemplo y la congruencia. Dejemos que nuestros verdaderos
valores reinen en nuestras acciones y rescatemos la ética y los principios como
norma de vida. Nuestros intereses deben ser comunes y todos debemos remar hacia
el mismo destino. No hay nada más poderoso que un equipo con un objetivo común y comprometido. Son invencibles.
No más oxímoron.
Saludos
Arnaldo
García Pérez
@arnaldogarciap
Arnaldogarciap.blogspot.com
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