SUELTEN A BARRABAS
“Barrabás va a ser comparado con Cristo, el pueblo podrá
elegir al que juzgue mejor de los dos. Aquel hombre, sin proponérselo, se
convierte en símbolo de lo que había dicho Jesús: el que no está conmigo, está
contra mí. Los hechos ocurrieron así: Pilato en vez de salir en defensa abierta
del inocente, como era su deber y se lo dictaba la conciencia, no quiere
enfrentarse con los sanedritas. Pretende una jugada política ingeniosa: que sea
el pueblo quien libere a Jesús. Es muy posible que sus medios de información
fuesen buenos y le constase que Jesús era bien visto entre la gente del pueblo.
Pero Pilato era mal psicólogo, desconocía el corazón humano, ignoraba la
hondura de la envidia de los enemigos del Señor, y desconocía también la
debilidad del pueblo que, a pesar de sus palabras y de sus milagros, no se ha
atrevido a creer decididamente a Jesús. Y los hechos sorprendieron al débil
ignorante, cuando el pueblo escogió a Barrabas condenando a Jesús”. (tomado de
Google)
Es un común denominador ver, en la historia de la humanidad
cómo, las personas, con un adecuado manejo psicológico, comunicacional y de
masas, pueden pasar de la idolatría al odio. No importa la trayectoria que esa persona haya
tenido en el tiempo, ni los apoyos, favores o milagros que pudo haber influido
sobre ellos. Llegado el momento, pensarán con sus vísceras y reaccionarán a sus
instintos, sin importar cualquier elemento de raciocinio lógico. Es
comprensible que nosotros, como humanos, sintamos admiración y hasta cierta
adoración por seres ungidos con características o competencias envidiables por
nosotros, que los diferencian de la mayoría, pero que no les da divinidad.
Constantemente estamos en la búsqueda de un ser a quien
admirar, y en ello, vamos con el tiempo desechando viejos ídolos, que tal vez
en su momento fueron valiosos y de aporte, pero que hoy no nos brindan los
beneficios que requerimos, o que, tal vez, son victimas de campañas
desacreditadoras de las cuales somos tontos útiles sumándonos al desprecio y
denigración.
No podemos caer en la tentación del escarnio y la
desacreditación. Es necesario que nosotros, con el poco o mucho conocimiento
que tengamos de las situaciones, pasemos por el filtro del análisis objetivo y
racional, las situaciones que se nos presentan y podamos, con esta información
tomar decisiones sensatas y basadas en la lógica y la realidad. Para eso necesitamos
la mayor información que venga de diferentes vías y evitar aquellas que puedan
estar contaminadas. Análisis serio y concienzudo que nos generará decisiones
adecuadas.
Y una vez establecida nuestra posición, debemos defenderla y
proyectarla de la manera mas convincente, con argumentos reales y basados en
una relación de respeto hacia quienes presenten posturas contrarias. Sobretodo,
hacia aquellos que trabajan en objetivos comunes a nosotros, pero que sólo ven
formas diferentes de abordarlos. Formas y no fondo.
Allí estará nuestro crecimiento individual y como sociedad.
Necesitamos elevar nuestro nivel relacional y trabajar sobre la base del
respeto y la concordia.
Si queremos liderizar el cambio, debemos comenzar por
trabajarlo en nosotros.
Animo que sí se puede.
Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
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