EL HOMO SINVERGUENZA
El falso profeta llegó a la aldea y aterrorizó a todo el
mundo con amenazas de males que vendrían del bosque. Las personas, asustadas,
reunieron una enorme cantidad de dinero y se la entregaron a este hombre con el
objetivo de que alejase de ellos aquellos peligros. El hombre compró algunos
panes viejos, y empezó a arrojarlos a trozos alrededor del bosque, recitando
palabras incomprensibles. Un muchacho se le acercó: ¿Qué está usted haciendo?
Estoy salvando a tus padres, a tus abuelos y a tus amigos de la amenaza de los
tigres. ¿Tigres? ¡Pero si no hay tigres en este país! Gracias a mi magia dijo
el falso profeta, que, como puedes ver, funciona siempre. El muchacho aún
quiso replicar alguna cosa, pero los habitantes decidieron expulsarlo de la
ciudad, pues estaba estorbando el trabajo de aquel hombre santo. (Paulo
Coelho).
La historia del hombre desde sus comienzos habla de una
evolución en constante desarrollo. Desde nuestros primeros abuelos que se
desplazaban en cuatro patas, hasta este hombre atlético e inteligente del día
de hoy, ha pasado mucho tiempo. Pero en cada una de sus etapas de evolución, el
ser humano fue adquiriendo mayores y mejores destrezas y habilidades que le
permitieron la supervivencia. Siempre trabajando desde el sentido comunitario,
este hombre primitivo estableció parámetros de relaciones que los llevó a tener
unos vínculos colectivos y siempre un bien común. De allí nacen las grandes civilizaciones.
Sin embargo, en todo ese proceso de aprendizaje colectivo, ha
existido una subespecie que, pese a tener las mismas características físicas e
intelectuales que sus hermanos, tienen objetivos y metas completamente
diferentes: El Homo Sinvergüenza. Este espécimen ha evolucionado con los años y
se convierte en una variedad particular por sus características: desvergonzado,
fresco, descarado, caradura, golfo, canalla, ruin, bajo, tunante, pícaro,
bribón, granuja.
Los vemos en muchos escenarios cotidianos. Los hay de cuello
blanco promulgando leyes a su beneficio que le permiten el robo de millonarias
cantidades a su amparo. Con insignias de autoridad enriqueciéndose bajo la
extorsión o el chantaje. A niveles más básicos estafando a gente con el cambio
de divisas, la venta de carros o cobrando por un puesto de una cola o cuidando carros
en la calle. También los hay en la empresa
privada echando carro en sus tareas o en las empresas públicas cobrando
comisiones por actividades que son sus funciones normales. En definitiva, son personas
con determinada actitud pícara o que se mueve tan solo por intereses propios.
En el mundo han existido interesantes especies que por
condiciones naturales han llegado a su extinción y han acabado en un simple
recuerdo. Algunas de esas especies tienen como verdugo al mismo hombre que ha
acabado con ellas, bien por una necesidad de alimento, bien por una protección
de su comunidad.
En estos momentos estamos llamados a comenzar un nuevo
exterminio. Acabar con la subespecie del Homo sinvergüenza, y con su extinción
definitiva. Garantizar sociedades más dignas para todos. Es un trabajo tan
sencillo como comenzar a no ser parte de ellos. No caer en la tentación del
resultado fácil y plantarles una pelea que se maneje en los términos de la
justicia, la legalidad y la honestidad. La solo omisión de conducta conduce a
su declive. Trabajemos juntos en acabar con ella.
Depende de nosotros nuestra subsistencia.
Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
www.arnaldogarciap.blogspot.com
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