NON VAS PODER CON NOS
Desde hace unos días circula
en las redes un emotivo video grabado en la Comunidad de Galicia donde se le
hace una declaración de guerra al Covid19 (https://www.youtube.com/watch?v=Wv-Wvf87FS0).
Lo interesante de esta declaración es que no está hecha desde la rabia o el
miedo, nace desde la esperanza y la firme creencia de que somos mejores que nuestras
circunstancias y estamos en capacidad de doblegarlas, cada vez que nos veamos
amenazados por ellas.
Han sido tiempos muy
duros que no avizoran mejores climas, sino todo o contrario. La llegada de una
segunda ola, en plena expansión en Europa, en estos momentos, nos agarra con la
misma incertidumbre que la primera. En cada país el aumento de los contagios
hace predecir un nuevo confinamiento dentro de muy poco y debemos prepararnos
para ello. Debemos sacar a la luz lo aprendido en nuestra primera experiencia y
actuar con mayor firmeza en esta oportunidad.
Pero la gran pregunta
es: ¿Hemos aprendido algo? En lo personal, colectivo y social, ¿estamos mejor
sensibilizados que hace unos meses? Sinceramente creo que no. El mundo está
patas pa’ arriba sin una aparente vía de escape.
Mientras el planeta se
deshace, estamos concentrados en cosas sin sentido. Vemos a muchos países concentrados
solo en el aspecto político, o dándole fuerza a movimientos o reducidos en
aspectos irrelevantes de nuestro compartir como sociedades. Le damos mayor peso
en nuestro accionar a tomar una posición, a favor o en contra de lo político,
lo social o sexual, sin evaluar realmente que es lo que nos perjudica y nos
afecta. Seguimos perdiendo el contacto con nosotros mismos y con nuestros
afectos. Las relaciones familiares y de comunidad se hacen cada vez más
distantes y aquellos valores que tanto profanamos están desaparecidos de
nuestro accionar diario. La fe, confianza, solidaridad, cooperación y sobretodo
el respeto, se han extraviado irremediablemente.
La naturaleza sigue hablándonos
permanentemente. Ya creo que no nos habla, sino nos grita. Y lo hace a través
de terremotos, tormentas, huracanes y deslaves a lo largo de todo el mundo. Nos
pide que cambiemos nuestra manera de actuar y seamos mas sensatos en nuestro
comportamiento. Reenfoquemos la brújula y apuntemos a lo sustancial en nuestro
desarrollo humano. Mejorar nuestra convivencia con nosotros y con el ambiente debe
ser nuestra prioridad.
Somos una fuerza
inacabable. Somos tan poderosos como nos lo propongamos. Y ese poder debe estar
al servicio de la gente. Sobretodo de los menos favorecidos, aquellos que no
han tenido oportunidades de salir a flote ante sus circunstancias. No importan
los lados políticos, las creencias religiosas o los dogmas sexuales. Lo
importante es el fin último de la supervivencia de nuestro planeta y con él, la
de cada uno de nosotros.
Olvidemos lo superfluo
y enfoquemos nuestra misión a hacer de este mundo algo digno para todos. Los
abuelos, los adultos, los jóvenes y niños tenemos la misma necesidad. Busquemos
la concordia y con ella la calma que nos permita enfrentar las tempestades.
No van a poder con
nosotros, si nos encuentran todos unidos.
Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
www.arnaldogarciap.blogspot.com
Comentarios
Publicar un comentario