UNA REFLEXIÓN DE CÓMO ACTUAMOS…
UNA REFLEXIÓN DE CÓMO ACTUAMOS…
La
situación actual es cada vez más deprimente. No hay un día en que las noticias
no nos hagan aumentar nuestras preocupaciones e incertidumbre. Pareciera que la
improvisación, o la planificación de parecer improvisados, de quienes nos
gobiernan, no nos permiten poner pies en tierra. Cada noticia, cada anuncio,
cada decreto, es una llamada a aumentar nuestro desconcierto.
Tal
vez eso sea parte del gran plan. Parecer improvisados, faltos de criterio,
parecer tontos cuando en realidad la improvisación no puede llevar a nadie a
mantenerse por más de dos décadas con tan enormes cuotas de poder. Es más bien un
plan sigilosamente estudiado, cada año perfeccionado, conociendo a cabalidad no
solo las implicaciones de cada acción, sino también diseñado para aplicarse en
los momentos precisos que este grupo necesita para oxigenarse y ganar espacio o
tiempo y dirigido conociendo a cabalidad la idiosincrasia de sus enemigos y a
sabiendas de cuáles serán sus reacciones.
Esos
somos nosotros.
Cada
vez que nos vapulean con alguna de las medidas desproporcionadas que acentúan
nuestro sufrimiento y aumenta la incredulidad, comienza todo un rito que es más
enfermizo e ineficiente para gente pensante como decimos ser.
En
las redes sociales aparecen los “expertos” o “manager de tribuna” como yo los
denomino, a opinar y emitir cualquier juicio, muchas veces sin justificación.
Si este criterio presentado, mayoritariamente en chats de amigos o relacionados
no convence, inmediatamente empiezan las descalificaciones y ofensas como si se
tratase de combatir al enemigo. No respetamos las diferencias de opiniones y
nos encerramos en la creencia de poseer la verdad y la solución. Peor aquellos
que invitan, con enorme y gran entusiasmo a tomar acciones más violentas, con
mucha euforia, pidiendo calle y respuestas contundentes, pero desde sus casas
en otros países donde migraron, con toda justificación, en mejores momentos.
Luego aparecen los emisores de audios con informaciones de “ultima hora” o
“superclasificadas” de personas que jamás se identifican y pierden cualquier
credibilidad en lo que transmiten. Tal vez ni nosotros nos creemos los
contenidos, pero son enviados inmediatamente a todos los grupos. Están los que
corren desesperadamente a los automercados a comprar toda la comida, necesaria
o no, y aquellos otros que generan enormes colas en las bombas de gasolina,
para aprovechar el momento y ganarle al gobierno antes de los aumentos
anunciados, creando con esto desabastecimiento y caos.
Todo
un ritual que se repite en las oportunidades de anuncios pico, provocados con
intencionalidad por la contraparte.
Entiendo
que vivimos experiencias difíciles de asumir, por lo cambiante y aturdidor del
ambiente, pero debemos tomar posiciones más concordantes con nuestra manera de
ser y accionar. Lo primero es mantener la calma y pensar con tranquilidad las
acciones a asumir. No hacernos eco de noticias que generen mayor desesperanza
en la gente. No difundir audios e información que no sea de fuentes confiables.
Evaluar qué cosas dependen de nosotros y podemos reformar y cuáles no. No
“mandar a la guerra” a los otros mientras yo estoy lejos y tranquilo, eso me
descalifica. Generar mis provisiones sin incentivar el ambiente de desespero y
angustia.
Debemos
demostrar que estamos hechos de mejor madera. Siempre he insistido en que no somos
marines ni estamos entrenados para combatir. Somos ciudadanos pacíficos que amamos
la paz y esa debe ser nuestra bandera. Ya es retorico el recordar como algunas
naciones se liberaron desde la NO VIOLENCIA, un arma mucho más poderosa que
cualquiera que ellos porten. Encontremos nuestras vías de impactar a muchos, a
través de la comunicación, la toma de conciencia y la madurez en las acciones.
Somos mucho más de lo que estamos demostrando.
“Por la ignorancia nos han dominado
más que por la fuerza” Simón Bolívar
Saludos
Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
Arnaldogarciap.blogspot.com
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