COMBUSTIBLE PARA EL
ALMA
Cuentan que hace
mucho tiempo existió en tierras árabes un rico marajá. Vivía en un palacio de
oro y tenía todos los lujos que quería a su disposición. Sin embargo, siempre
tenía la sensación de que le faltaba algo. Un día recibió la visita de un sabio
que le habló de la existencia de un hermoso pájaro de alas azules capaz de
otorgar la felicidad. Al marajá se le encendieron los ojos: -Es justo lo que
estaba buscando- exclamó emocionado. No lo pensó dos veces. Vendió todo, abandonó
su palacio y partió en búsqueda de aquel pájaro. Sin embargo, y a pesar de
recorrer cientos de reinos, después de muchos años buscando, sin encontrar el
ave, decidió volver a su hogar, cansado y ya anciano. Entonces pasó junto al
que fue su palacio y los nuevos propietarios, que eran muy caritativos al verlo
en ese estado, le ofrecieron hospedaje. Le prepararon una cama en el sótano,
donde el marajá dejó caerse muy agradecido. Sabía que su vida llegaba a su fin
y tenía un gran dolor por no haber encontrado al pájaro azul. Cerró los ojos en
su descanso final, cuando escuchó un dulce trinar, y a pesar del cansancio,
consiguió abrir los ojos de nuevo. Allí, en el sótano, junto a él, cantaba un
hermoso pájaro de plumas azules. Estaba más cerca de lo que imaginaba. El
marajá sonrió y al fin pudo descansar.
Pasamos la vida
buscando lo que no se nos ha perdido. Desde pequeños estamos inmersos en una falsa
creencia que nos obliga a trabajar muy duro para alcanzar el mayor premio de
nuestra existencia: la felicidad y el bienestar. Nos educan bajo una premisa de
que “hay que trabajar duro para alcanzar las metas y entonces y solo entonces, serás
feliz”.
Desde el cataplum de
los años, el tema de la felicidad ha estado en la palestra de los famosos
pensadores. Aristóteles decía: “la felicidad no es un medio sino un fin
supremo, ya que todos la buscamos”. Ser feliz hace que se produzcan más cosas
buenas en la vida de una persona, porque la felicidad hace que las personas
obtengan resultados más positivos en todas las áreas de su vida y tengan
también relaciones más satisfactorias. La felicidad trae más felicidad.
De acuerdo con Martin Seligman,
creador de la psicología positiva, el bienestar y la felicidad forman un
binomio inseparable. Por lo tanto, cuando aumenta este sentido de bienestar
subjetivo, la persona se vuelve más creativa y su personalidad refleja una
actitud rozagante. Esta actitud se ve incrementada cuando la persona mantiene
sanas y productivas relaciones interpersonales. La amistad es para la felicidad
el combustible necesario.
El que tiene un amigo
tiene un tesoro, porque la amistad es una enorme fuente de felicidad,
probablemente la mejor. A través de la amistad estas en capacidad de explorar las
emociones mas puras del ser humano, convirtiéndolas en nexos perdurables a las
distancias. La amistad da equilibrio a nuestras vidas y nos permite establecer
relaciones de contribución y gratitud. Al reconocer con honestidad las bondades
de nuestros amigos, estamos ejerciendo la practica mas hermosa de la humildad.
A través de la amistad somos mejores seres humanos y alcanzamos una porción de
nuestra felicidad.
La amistad es también
amor en su mas profunda intención. Agradezco a todos aquellos que son mis
amigos por estar allí. Sin importar las fronteras, ahora que todos estamos
desparramados por el mundo, sabemos que estamos y consolidamos ese sentimiento
hermoso que nos da felicidad y bienestar con tan solo un pensamiento.
Feliz día de la amistad
para todos y que Dios nos siga bendiciendo con esa compañía.
Saludos
Arnaldo
García Pérez
@arnaldogarciap
www.arnaldogarciap.blogspot.com
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