LE PASA A LOS PERUANOS?



¿QUE LE PASA A LOS PERUANOS?
Entiendo, comprendo y comparto, la necesidad de millones de compatriotas que, anhelando una tranquilidad mental, física y económica, migran hacia otros países en busca de oportunidades. Cual teoría de Maslow, luego de más de veinte años de sufrimiento y deterioro, nos han llevado poco a poco a descender en esa pirámide hasta llegar al nivel base, donde sólo nos importa la procura y el mantenimiento de nuestro principio básico de sobrevivencia y seguridad.

Bajo este argumento tan alarmante solo queda para muchos hacer maletas o simplemente armar un morral y emprender camino en base a sus posibilidades. Todas las historias de estos viajeros son diferentes. Algunos han podido emprender viaje con recursos suficientes para llegar a sus países de acogida con emprendimientos y en posiciones ventajosas en lo económico, que los catapultan en lo social. Otros, han tenido la fortuna de poder trasladar con ellos sus grados profesionales y oficios, validando labores que les permiten un sustento digno. Pero hay una mayoría de nuestros compatriotas, que han salido de este país despavoridos y sin recursos, solo con la ilusión de un sueño mejor. Un sueño basado en sus capacidades y su fortaleza para emprender cualquier reto. Que no tiene otro componente que la ilusión y el deseo de que le vaya bien; bien para el migrante y bien para su familia, que es la preocupación mayúscula de casi todos.

En ninguno de los países donde este vendaval de personas ha intentado progresar se las han puesto fácil. Trámites engorrosos, procedimientos burocráticos hacen de este peregrinar algo incómodo, sin contar la nostalgia del sentirse fuera de casa. Pero irónicamente, desde hace algún tiempo hemos visto, con real preocupación, el nivel de deterioro de las relaciones y el clima hacia nuestros hermanos por parte de una población, que no se si mayoritaria en el Perú.

Intento explicarme esa animadversión. Solo la explico a través de un tema de baja autoestima de esa población peruana, que no se siente en condiciones de competir con un recurso tan capacitado, en cualquiera de los niveles, como el venezolano. Ya exploramos en otro articulo que esta situación no es xenofóbica, mas bien pasa a Aporofobica, al no encontrar estas actitudes en relaciones con venezolanos de mejor posición social. Son atacados los de menor estrato y los que, como ellos, deben trabajar duro para alcanzar la sobrevivencia. Y Allí está el detalle, se saben menos competentes, menos capacitados, menos dispuestos y con menos corazón, y son apabullados por el entusiasmo, la alegría y la pasión con la que el venezolano emprende todo lo que se le antepone. Allí está el recelo, la rabia y envidia de esta población que se convierte en caldo de cultivo para el provecho político de unos pocos. No entienden que no se va a competir sino a compartir y que de esa experiencia ese pueblo puede salir muy beneficiado.

Es en vano recordar que la historia nos ha puesto como nación en la disposición de recibir y acoger a miles de refugiados. Y estos fueron, han sido y serán recibidos de la mejor manera posible, con el calor y la camaradería que nos caracteriza y con el apoyo de gobiernos que les brindan todas las facilidades. Así ha sido siempre y lo poco que uno podría esperar por parte de esos países que se han beneficiado de nuestro hospedaje es un respeto a ese principio de reciprocidad en las relaciones.

Si algo tenemos los venezolanos son competencias favorables en lo intelectual y anímico. Somos personas que no nos detiene el miedo para enfrentar retos y dispuestos a someternos a cualquier adversidad, creativos por naturaleza y alimentados por el entusiasmo y la idea de crear un mejor ambiente con nuestro aporte.

A nuestros hermanos en Perú vaya un mensaje: Somos mejores que cualquier adversidad y podemos responder ante cualquier escenario. Tal vez sea difícil, pero no hay que estar donde no se le quiere. Estoy seguro que ellos, en su momento histórico reconocerán el grave error que cometen.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar…y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar…

Saludos

Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
www.arnaldogarciap.blogspot.com


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